A medida que la conducción autónoma se ha ido desarrollando y haciendo más compleja, y con ella el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), se ha hecho patente la necesidad de que la toma de decisiones sea comprensible para los ocupantes con el fin de lograr una buena aceptación social. Uno de los pasos fundamentales por los que pasará la inteligencia artificial en el proceso de hacerse comprensible y fiable es el de explicarla a través de HMI (Human-Machine Interface) a los ocupantes del vehículo. De hecho, el «diseño centrado en el ser humano», entendido como el diseño del HMI y la explicabilidad en torno al ocupante utilizando la retroalimentación de éste, ha demostrado ser un método muy eficaz para lograr la confianza. El diseño de HMI, en el contexto del sector de automoción, se ha enfrentado a nuevos retos en las últimas décadas en respuesta a los avances tecnológicos y se ha centrado principalmente en el desarrollo de nuevas capacidades y contenidos. A medida que se ha vuelto más complejo y en respuesta a los problemas de seguridad, se ha puesto sobre la mesa un nuevo tema: un cambio en el enfoque de diseño para abordar los requisitos de seguridad.

 

En este contexto, un simulador vehicular con un sistema de movimiento de seis grados de libertad, se convierte en una herramienta muy valiosa para la integración de tendencias de vehículos. Uno de los grandes potenciales del simulador es que se trata de una herramienta altamente escalable que permite flexibilidad, innovación y desarrollo continuo de las aplicaciones en función de las tendencias y necesidades para ese nuevo enfoque de diseño. Esto involucra diferentes áreas de trabajo relacionadas con la dinámica del vehículo, la inteligencia artificial, el análisis del usuario y el desarrollo del entorno gráfico, entre otras.

 

Precisamente, gracias a estos sistemas, se puede desarrollar la comunicación bidireccional necesaria entre el modelo de vehículo y el conductor o usuario (en caso de conducción autónoma) en un entorno de trabajo ágil en simulaciones driver-in-the-loop (DIL), lo que permite poder desarrollar y testear innovaciones incluso en un estado incipiente. La inclusión del factor humano sobre una simulación que replica un vehículo moderno totalmente sensorizado, permite validar el sistema para diferentes aplicaciones de interés en las tendencias y necesidades de los vehículos actuales y futuros lanzamientos. Se pueden definir diferentes casos de uso que permiten la visualización de variables del vehículo y de la conducción, la comunicación bidireccional para modificar parámetros de dinámica y confort del usuario, estrategias de comunicación para alertas de eventos y ofrecen un entorno de IA explicable y fiable. Del mismo modo, este entorno de trabajo abre la puerta a futuros desarrollos de sistemas de comunicación y ADAS de gran interés para la industria.